Focaccia

La focaccia es un pan plano italiano. Es característico que el pan esté punteado por encima creando irregularidades en su superficie, pudiendo cubrirse además con aceitunas, cebolla, queso, hierbas aromáticas… Puede usarse como base para pizza, aunque es más grueso al llevar una mayor cantidad de levadura y más tiempo de fermentación.

Es uno de mis panes preferidos y, a mi parecer, fácil de hacer. Ideal para acompañar una buena cecina de León o unas lonchas de jamón ibérico. La base de la receta que aquí os indico está extraída del libro Panes Creativos de Daniel Jordá y Álvaro Castro; un libro más que recomendable para los amantes de los panes divertidos. Y la combinación de ajo y romero es de las que más me gusta para este pan.

Ingredientes

• 250 ml de agua
• 500 g de harina
• 10 g de levadura
• 10 g de sal
• 20 g de aceite de oliva virgen
• 30 g de mantequilla
• Un diente de ajo
• Romero
• Aceitunas negras

Preparación

La preparación es sencilla. Mezclamos en un bol los ingredientes para la masa: primero el agua tibia en la que disolvemos la levadura; el aceite, la mantequilla atemperada, la sal y la harina. En función del tipo de harina podremos necesitar más o menos agua. En mi caso utilizo harinas de fuerza media. Se amasan todos estos ingredientes hasta conseguir una masa homogénea.

Estiramos la masa con ayuda de un rodillo y la plegamos en tres, primero en horizontal y de nuevo en tres ahora en vertical. Se deja reposar tapada 10 minutos y volvemos a estirarla y doblarla de este modo. Repetimos esta operación 3 o 4 veces en 30 o 40 minutos. Tras el último reposado le damos la forma que queramos, en mi caso la he estirado en forma alargada. Se tapa y se deja reposar hasta que doble su volumen.

Cuando ha crecido la masa hacemos unos hoyos con los dedos o un cuchillo sobre la superficie, y colocamos tantas aceitunas como queramos. En un mortero machacamos el ajo con el romero y un poco de aceite y con este aceite pintamos los panes.

Se hornean unos 20 minutos a 190º. Y una vez sacado del horno es difícil resistirse a que enfríe, pues un poco templado con jamón es irresistible…